De la Vida Eterna no tenemos experiencia todavía. Esta noche volveremos a contemplar al Hijo del hombre sentado a la diestra del poder, sobreviniendo entre las nubes del cielo y volverá a dirigirse a nosotros con sus llagas y heridas sanadas, repitiéndonos una vez más:
"Me ha sido dado todo poder en el cielo y en la tierra. Id, pues, y haced discípulos a todas las gentes bautizándolas en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, y enseñándoles a guardar todo lo que yo os he mandado. Y he aquí que yo estoy con vosotros todos los días hasta el fin del mundo"
¿Todo acaba?
No, todo empieza...