La Eucaristía
Tú fuiste, mas te quedaste
Tú, mi preso divino,
Y en Sagrario te encerraste,
para ser yo tu elegido,
y con amor comunicarme
el mensaje más hermoso
que en mi vida he recibido.
Tú siempre dispuesto a dar,
y en aquel jueves sagrado,
quisiste orar entre olivos,
para tu Cuerpo entregar,
a judíos y soldados
y antes de haber ocurrido,
me diste ese Cuerpo a mí,
en alba hostia consagrada.
¡Feliz locura de amor,
que a esta alma enamorada,
la convierte de infeliz
en muy feliz servidor!
------
Antonio Prieto Díaz (2002)