La Hermandad Sacramental de Nuestra Señora Reina de Todos los Santos, conforme a lo que establecen sus Reglas y tal y como viene siendo tradicional desde el siglo XVIII celebrará, el próximo domingo 8 de Diciembre, Solemne Función a la Bienaventurada siempre Virgen María en el Misterio de su Concepción Inmaculada, en exaltación de la virtud de la pureza en todos los estados.
La misma tendrá lugar en nuestra Sede Canónica, la Real Parroquia de Omnium Sanctorum, dando comienzo a las 12:00 del mediodía, presidiendo el Rvdo. Sr. D. Pedro Juan Álvarez Barrera, Párroco y Director Espiritual de nuestra Corporación.
Recordamos a nuestros hermanos la obligación que tienen de asistir a estos cultos.
Recordamos a nuestros hermanos la obligación que tienen de asistir a estos cultos.
Tú, que "aplastas la cabeza de la serpiente", no permitas que cedamos.
No permitas que nos dejemos vencer por el mal, sino que haz que nosotros mismos venzamos al mal con el bien.
Oh, Tú, victoriosa en tu Inmaculada Concepción, victoriosa con la fuerza de Dios mismo, con la fuerza de la gracia.
Mira que se inclina ante Ti Dios Padre Eterno.
Mira que se inclina ante Ti el Hijo, de la misma naturaleza que el Padre, tu Hijo crucificado y resucitado.
Mira que te abraza la potencia del Altísimo: el Espíritu Santo, el Fautor de la Santidad.
La heredad del pecado es extraña a Ti.
Eres "llena de gracia".
Se abre en Ti el reino de Dios mismo.
Se abre en Ti el nuevo porvenir del hombre, del hombre redimido, liberado del pecado.
Que este porvenir penetre, como la luz del Adviento, las tinieblas que se extienden sobre la tierra, que caen sobre los corazones humanos y sobre las conciencias.
¡Oh Inmaculada!
"Madre que nos conoces, permanece con tus hijos".
Amén.
No permitas que nos dejemos vencer por el mal, sino que haz que nosotros mismos venzamos al mal con el bien.
Oh, Tú, victoriosa en tu Inmaculada Concepción, victoriosa con la fuerza de Dios mismo, con la fuerza de la gracia.
Mira que se inclina ante Ti Dios Padre Eterno.
Mira que se inclina ante Ti el Hijo, de la misma naturaleza que el Padre, tu Hijo crucificado y resucitado.
Mira que te abraza la potencia del Altísimo: el Espíritu Santo, el Fautor de la Santidad.
La heredad del pecado es extraña a Ti.
Eres "llena de gracia".
Se abre en Ti el reino de Dios mismo.
Se abre en Ti el nuevo porvenir del hombre, del hombre redimido, liberado del pecado.
Que este porvenir penetre, como la luz del Adviento, las tinieblas que se extienden sobre la tierra, que caen sobre los corazones humanos y sobre las conciencias.
¡Oh Inmaculada!
"Madre que nos conoces, permanece con tus hijos".
Amén.