Entre los distintos aspectos que abarca la vida de una Hermandad, no siempre todos resultan igual de vistosos y conocidos en cuanto a su proyección exterior.
En este sentido el trabajo que desempeñan nuestras hermanas camareras resulta especialmente valioso, no sólo en lo que se refiere al mantenimiento, reparación y cuidado tanto del ajuar de la Santísima Virgen como de los distintos ornamentos litúrgicos de la Parroquia y sin embargo, permanecen como ocultos y discretamente desapercibidos para la mayor parte de nuestra Corporación y parroquianos en general.
Ellas no piden puestos reservados en los bancos de la Parroquia y a veces ni siquiera las sabemos recompensar con un sencillo "gracias".
El evangelio nos recuerda sin embargo, que personas que tienen esta actitud de servicio y sencillez desinteresados son las primeras en el Reino de los Cielos.
Desde aquí, aun a sabiendas de que ellas no suelen ser usuarias de internet, queremos mostrarles nuestro más profundo agradecimiento por tantas tardes de Jueves al servicio de nuestra Hermandad y de nuestra Parroquia, con la compañía de fondode ese soniquete continuo del rezo del Santo Rosario, por medio del cual tantos habremos sido, sin saberlo, favorecidos.