La Parroquia de Omnium Sanctorum, en colaboración con la Hermandad Sacramental de Nuestra Señora Reina de Todos los Santos organizarán desde el próximo miércoles 12 hasta el 19 de febrero la exposición “Domus Dei: la Casa de Dios” para presentar los trabajos de conservación y mantenimiento en el Sagrario del templo parroquial.
Los horarios de la exposición serán los siguientes: del miércoles 12 al sábado 15, de 10 a 13 y de 18:30 a 20:30, salvo eucaristía. El domingo 16, de 10 a 13, salvo eucaristía. El lunes 17 y miércoles 19, de 10 a 13 y de 18:30 a 20:30, salvo eucaristía. El martes 18 el templo permanecerá cerrado.
El mantenimiento del Sagrario ha sido encargado al orfebre Juan Antonio Borrero León, elevándose el costo del conjunto de actuaciones a más de 4.000 euros, sufragados por la propia Parroquia y la Hermandad, las hermandades de Omnium Sanctorum, hermanos de la Hermandad Sacramental y feligreses. Para la limpieza y reparación se han desmontado completamente todas las piezas, resanando la estructura interior, repuestas algunas roturas y ensamblado y ajuste final.
La historia del Sagrario comienza al mediodía del 18 de julio de 1936, durante el golpe de estado que da inicio a la Guerra Civil Española, cuando el templo de Omnium Sanctorum es incendiado por una turba proveniente del cuartel de la Guardia de Asalto en la Alameda de Hércules. Al percatarse del fuego, el sacristán, Francisco Plaza, con riesgo de su vida, introduce en un canasto el Santísimo Sacramento y la puerta del Sagrario de la Parroquia, salvándolos del incendio. Además del antiguo Sagrario se perdieron irremisiblemente piezas de valor histórico y artístico, tanto de orfebrería como de escultura, talla y pintura, además del interesantísimo archivo de la Parroquia.
Comenzados los trabajos de reconstrucción de inmediato, la iglesia se reabre al culto el 12 de octubre de 1940, aún sin el nuevo Sagrario, que se había contratado con el reputado orfebre Cayetano González el 3 de mayo de 1939 por un importe de 10.000 pesetas. Meses después el nuevo Sagrario llegaría a Omnium Sanctorum.
Algunas características de la pieza es que el peso total del Sagrario de Omnium Sanctorum es de 93 kilos. De ellos, 42 kilos corresponden a planchas de plata labrada y cincelada. El interior, el lugar donde se aloja el Cuerpo de Cristo, es más rico que el exterior y está sobredorado.
El total de piezas que componen el cubo y la cúpula superan las 600. La base de toda la estructura es un mosaico geométrico de mármol de diferentes colores. El total de la plata del Sagrario fue recaudado entre las aportaciones de los feligreses del barrio. Pulseras, medallas, cadenas y todo tipo de objetos domésticos fueron fundidos para dar forma a la casa de Dios. El desarrollo teológico de las escenas siguió el proyecto ideado por el entonces párroco e impulsor de la obra, Antonio Tineo Lara.
Hay que recordar que los primeros cristianos celebraban el día de la Resurrección del Señor cada domingo del año en casas particulares. En esta reunión se leía la Palabra, se realizaba la fracción del pan, se daban la paz, se renovaba la Fe y se rezaba la oración dominical. Ya desde los primeros tiempos se habilitó una reserva donde guardar con
sumo respeto una pequeña porción del cuerpo de Cristo no consumida en la Misa, a fin de que los enfermos y quienes no habían podido comulgar pudieran hacerlo.
La propia palabra Sagrario indica lo sagrado de su uso. Por su parte, la palabra tabernáculo (con que también se le designa) significa tienda de campaña, es decir, la tienda donde habita el Señor. Posteriormente, el Sagrario fue tomando gran importancia, no ya como reserva para los enfermos, sino como lugar para la adoración y contemplación de la divinidad.
