Llegó por fin la luna de parascebe. Un mar de plumas blancas custodiarán la Sentencia de Cristo, cuando Poncio Pilato haga caso omiso a las súplicas de su esposa Claudia, mientras un reguero de Esperanza inunde las calles de Sevilla desde la Macarena a Triana pasando por cada rincón de esta tierra Mariana.El Gran Poder de Dios se nos mostrará en la portentosa efigie que desde San Lorenzo partirá junto al Mayor Dolor y Traspaso, para recrearse en San Antonio Abad con la Primitiva Hermandad de los Nazarenos de Sevilla y la Concepción Inmaculada de su Bendita Dolorosa.
Al filo de las cuatro de la madrugada, Jesús morirá en el monte Calvario en la Plaza de la Magdalena, mientras María Santísima de la Presentación no cesará de llorar la pena más amarga de la pérdida de un Hijo.
En el clarear de la mañana, un cirineo ayudará a Jesús tras su Tercera Caída en calle Adriano, mientras una Mujer Gitana luzca esplendorosa buscando callejuelas abajo al Señor de la Salud entre saetas y cante hondo.
