
Todos sabemos que la frecuencia y práctica de este sacramento ha caído gravemente en desuso. Todos tenemos ciertas dificultades en acercarnos al mismo, pero es suficiente a veces el hacerlo una sola vez para que redescubramos su belleza, tanto más cuanto se nos da la oportunidad de celebrarlo íntima y comunitariamente en nuestra Parroquia y bajo la mirada maternal de la Madre del Amor Hermoso, por lo que reiteramos nuestra más vehemente invitación.