Como cada año, hoy es día de profesar nuestras creencias. La Santísima Virgen saldrá a las calles del barrio de la Feria, pero por la mañana en la Función Principal haremos Pública Protestación de nuestra Fe. Este año dicho texto incluye modificaciones por las nuevas Reglas aprobadas el pasado mes de febrero, por lo que su literalidad es el mejor mensaje para esta jornada tan importante:
A honor y gloria de la Santísima Trinidad, Padre, Hijo y Espíritu Santo, tres personas distintas y un solo Dios verdadero, y de la Bienaventurada e Inmaculada siempre Virgen María, a quien tenemos por señora y abogada en todas nuestras obras.
Nosotros, el hermano mayor, junta de gobierno, hermanos y hermanas de la Real, Antigua, Ilustre y Fervorosa Hermandad Sacramental de Nuestra Señora Reina de Todos los Santos, Madre del Amor Hermoso y Medianera Universal de Todas las Gracias, y Ánimas Benditas del Purgatorio, reunidos como es costumbre desde tiempo inmemorial en esta Real Parroquia de Omnium Sanctorum, al celebrar la función principal de su instituto y en cumplimiento de sus reglas, hacemos pública protestación de nuestra fe católica afirmando:
Que creemos en Dios, Padre Todopoderoso, creador del Cielo y de la Tierra.
Que creemos en Jesucristo, su único hijo, nuestro Señor, que fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo, nació de Santa María Virgen, padeció bajo el poder de Poncio Pilato, fue crucificado, muerto y sepultado, descendió a los infiernos, al tercer día resucitó de entre los muertos, subió a los cielos y está sentado a la derecha de Dios, Padre Todopoderoso, y que desde allí ha de venir a juzgar a vivos y muertos.
Que creemos en el Espíritu Santo, la Santa Iglesia Católica, la comunión de los Santos, el perdón de los pecados, la Resurrección de la carne y la vida eterna.
Asimismo, declaramos públicamente el firme propósito de ajustar nuestras vidas y costumbres a las exigencias de la fe y de la moral de la Iglesia católica y prestar rendido acatamiento a la doctrina y decisiones del magisterio de la Iglesia.
Prometemos creer y defender juntamente con las verdades de nuestra fe católica, los dogmas de la Inmaculada Concepción de María, y de su gloriosa Asunción a los cielos, así como los singulares privilegios de su realeza y mediación universal en la dispensación de todas las gracias.
Asi lo prometemos, asi lo confesamos y asi lo esperamos cumplir con la ayuda del Señor, para servirle en esta vida y tener la dicha inefable de besar algún día la mano de nuestra Reina de Cielos y Tierra. Amén.