Amar, amar es la llave,
no es el infierno o las llamas
lo que a ser Santo equivale.
Y amar no pasa de moda,
amar nunca está de balde.
Más que nunca faltan Santos,
quizá hoy los haya, quién sabe.
Y ha de haberlos, quién lo duda
porque sonríe esa Madre,
la Madre de Omnium Sanctorum:
su nombre sigue intachable,
¡Reina de Todos los Santos!,
de todos quiere el fichaje:
de ti, de mí, a nadie deja
que nadie pueda escaparse.
¡Con una Madre y Reina así,
no puedes que no- negarte!
Mira bien tras su mirada
y habrá razones bastantes.
¡Qué lujo de Virgen tenemos!
¡Ahí está! ¡Dios te Salve!
Si a todos nos quiere Santos
¡vamos a no defraudarle!
Francisco Vázquez Perea (1993)